Una perturbada, nueva heroína progre.
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En grupos de "Facebook" y similares, esta enferma digna de lástima y necesitada de cuidados psiquiátricos figura como ídolo de la tontuna zurda. De los años sesenta para acá, parece que les tira menos un asesino y salteador de caminos como Ernesto Guevara y ahora prefieren nuevos modelos encarnados en enfermos sin dominio sobre sus actos.
Algunos zurdos quieren ser agresores, pero les faltan redaños y quieren ser locos y se quedan en imbéciles. Ya no se compran discos, ahora veneran al primero que sale en televisión haciendo el ridículo o atacando a alguien.
Hay que ver en lo que se ha quedado la izquierda (y parte de la derecha) a veinte años de la caída del muro de Berlín.